El inversor que busca rentabilidad para su dinero tiene muchas opciones a la hora de elegir, incluso si lo que sencillamente busca es diversificar su capital. Normalmente un particular o persona jurídica compara las rentabilidades a corto, medio y largo plazo. Lo hace entre los anémicos depósitos bancarios a plazo fijo, los volátiles fondos de inversión, la montaña rusa de los valores bursátiles, y los títulos en deuda pública, obligaciones, bonos y letras del Tesoro.
Pero pocas veces, y hasta puede parecer osado hacer la comparación, se pone en la balanza la idoneidad de invertir en capital riesgo versus hacerlo en el capital ‘sin riesgo’ pero de rentabilidad asegurada en títulos públicos. Este es el ejercicio que proponemos: de extremo a extremo, rentabilidad de las Letras del tesoro versus capital riesgo.
Intereses entre el 3 y 4% a 9 y 12 meses vista
Actualmente las Letras del Tesoro con vencimientos a doce meses están lejos de sus máximos de rentabilidad, con intereses medios muy por encima del 3%, pero lejos de la franja alta del 4%. Las Letras con vencimientos a nueve meses fijaron su tipo de interés en 3,7% en la última subasta de agosto. Los expertos consideran que sólo una postrera nueva subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo este otoño podría hacer superar ese listón.
Esta fase alcista ha atraído a muchos particulares, hasta el punto de que un 20% de las Letras están en manos de personas físicas. ¡Pero ojo! No hace tantos meses que la rentabilidad era dos puntos más baja, incluso en algunos países de Europa recientemente se han llegado a pagar intereses negativos. No obstante, el riesgo de que el Tesoro público de un país como España se desmoronen a doce, veinticuatro meses vista “es cero”, opinan los expertos consultados. Con la tasa media actual, un inversor que destine hoy 50.000 euros a comprar letras del Tesoro obtendrá un dividendo aproximado de 1.500 euros a doce meses, pero de ese neto todavía tendrá que descontar las comisiones.
La clave: diversificar partidas en un fondo especializado
Un Fondo de capital riesgo es un fondo que invierte dinero en empresas bajo determinadas condiciones. No es lo mismo un fondo de Private Equity, que es el máximo nivel de actuación en firmas de capital riesgo -básicamente porque se dedica a compraventa de empresas- que un fondo de Venture Capital (VC) que invierte en start up. La Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos (National Bureau of Economic Research) ha calculado que el rendimiento medio que obtienen las Venture Capital ronda el 25%.
Tomàs Casanovas, economista, expresidente no ejecutivo, accionista y board member de la compañía energética cotizada Enerside Energy (180 millones de euros de valor en bolsa), afirma que en esta comparativa la clave de bóveda es la aversión o no aversión al riesgo. “La diferencia es enorme. Si hablamos de una persona individual que tiene que hacer una inversión, y hacerlo directamente en una start up es una opción muy buena sólo si tienes el ojo clínico necesario para saber dónde hay un emprendimiento ganador. Y esto solo funciona con la ley de los grandes números. ¿Cómo? Invirtiendo mi dinero en un fondo que se dedica a arriesgar capital en empresas que empiezan, sabiendo que cinco de cada diez fracasarán, a cuatro les irá ni fu ni fa, y una será la apuesta ganadora, de manera que esta última me compense al final por todas las otras”.
En el caso de las Venture Capital o Business Angels que invierten en seed capital o apuestan por un emprendimiento que ya goza de una cierta trayectoria, y está más consolidada, el porcentaje de ‘no éxito’ sigue siendo elevado, admite este exdirectivo de La Caixa.
Por lo tanto, la inversión en capital riesgo adolece de la garantía de seguridad de Las Letras del Tesoro, y no existe un tipo de interés ganancial prefijado. Pero en cambio puede proporcionar plusvalías muy superiores, como hemos visto antes, y que multiplican por siete u hasta ocho a las de las Letras. La clave está en diversificar capital ‘sobrante’ que un inversor pueda destinar sin miedo en inversiones pequeñas y hacerlo a través de un Fondo especializado en capital riesgo. Son inversiones de entrada y salida, y el inversor cuatro, cinco o seis años después, mientras que las letras del Tesoro tienen vencimientos a tres, seis y doce meses.
La elección también debiera basarse en estos interrogantes: si soy un particular, ¿necesitaré este dinero?; ¿hasta cuándo puedo esperar con ese disponible invertido? Partamos de la base de que quien invierte una cantidad, no necesitará ese capital a corto o medio plazo. Tiene un millón de euros, e invierte 50.000 euros. Si se decide por las Letras del Tesoro, en doce meses recuperará fácil el dinero, aunque también podría pasar que en un año las Letras del tesoro estén pagando un 1% en lugar del 3% previsto. “Para mí – asume este experto financiero – Las Letras no son una buena decisión, pero sí lo son para alguien que tiene mucha aversión al riesgo”.
Por último, si se está dispuesto asumir un cierto nivel de riego, es cuando se abre el abanico para invertir en empresas que estén ya en procesos de maduración, sabiendo, eso sí, que cuando más alto sea el proceso de consolidación de la start up, menos riesgo correrá el inversor con su dinero, pero ello irá también acompañado de una bajada de rentabilidad.
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